Otras Estructuras Volcánicas

Pitones

El magma consolidado, incluyendo piroclastos y materiales de las roca encajantes, se puede conservar en los conductos de alimentación de un volcán tras el cese de la actividad. Estas rocas forman masas cilíndricas bastas, de las cuales irradian diques; se las puede considerar como el fósil que queda del interior de un volcán (el llamado “sistema de fontanería volcánico”) y se les conoce como agujas o pitones. El material ígneo en un pitón tiene un rango de composición similar al de las lavas asociadas o a la ceniza, pero puede incluir también fragmentos y bloques de rocas más densas, de grano más grueso –más ricas en hierro y magnesio, más pobres en silicio- que deben ser muestras de la corteza profunda o manto superior arrancadas y transportadas por el magma ascendente. Muchos pitones están mayoritaria o totalmente formados por materiales volcánicos fragmentados o por fragmentos de rocas encajantes, que pueden ser de cualquier tipo. Los pitones que presentan fuertes testimonios de erupciones explosivas de magmas muy cargados de gases se les llama  diatremas o brechas de tuff.

Se cree que los pitones volcánicos sobresalen de un cuerpo de magma que puede ser  todavía bastante fluído, o totalmente sólido dependiendo del estado de actividad del volcán. Se sabe, o postula, que los pitones tienen normalmente forma de chimenea y que se ahusan hacia en interior en masas de sección cada vez más elíptica o alargada en formas parecidas a diques. Típicamente, los pitones y agujas volcánicos suelen ser más resistentes a la erosión que las formaciones de rocas que los rodean. Por tanto, después de que un volcán se ha vuelvo inactivo y profundamente erosionado, el pitón exhumado puede permanecer como un relieve acusado con estructura columnar, irregular. Uno de los diatremas más conocidos y espectaculares en los Estados Unidos es Ship Rock en Nuevo Mexico, se sobresale casi unos 600 m sobre las llanuras circundantes erosionadas más intensamente. Los pitones volcánicos, incluyendo los diatremas, se encuentran por todas partes en el oeste de Estados Unidos, y también en Alemania, sur de África, Tanzania y Liberia.

 Photograph of Ship Rock, New Mexico

 Ship Rock, San Juan County, Nuevo Mexico.



Maars

También llamados “conos de toba volcánica”, los maars son cráteres poco profundos, de fondo plano, que los científicos interpretan se han formado sobre diatremas como resultado de una expansión violente de gas mágmático o vapor; una erupción profunda de un maar posiblemente expondría un diatrema. El tamaño de los maars varía de 60 a 2,200 metros de sección y de 10 a 220 metros de profundidad, y la mayoría están normalmente rellenos de agua originando lagos naturales. La mayoría tienen bordes bajos compuestos por una mezcla de fragmentos ligeros de rocas volcánicas y rocas arrancadas de las paredes del diatrema.

Maars aparecen en el oeste de Estados Unidos, en la región de Eifel en Alemania, y en otras regiones volcánicas jóvenes del planeta. Un excelente ejemplo de maar es el lago Zuni Salt en Nuevo Mexico, un lago salino poco profundo que ocupa un cráter plano de unos 2,200 metros de sección y 130 metros de profundidad. Su borde bajo está formado por trozos finos de lava basáltica y rocas encajantes (arenisca, esquisto, caliza) del diatrema subyacente así como por trozos distribuidos al azar de antiguas rocas cristalinas traídas desde grandes profundidades.

 Photograph of Salt Lake Maar, New Mexico

 Maar Zuni Salt Lake, Catron County, Nuevo Mexico.



Cráteres no volcánicos

Algunas áreas casi circulares, bien visibles, de rocas sedimentarias muy deformadas, en las que una estructura central parecida a una abertura está rodeada por una depresión en forma de anillo recuerdan más o menos a estructuras volcánicas. Cuando no se puede encontrar evidencias claras de su origen volcánico, los científicos en un principio las describen como “criptovolcánicas”, un término que actualmente se usa raramente. Estudios recientes han mostrado que no todos los cráteres son de origen volcánico. Cráteres de impacto, formados por colisiones de grandes meteoritos, asteroides o cometas con la Tierra, comparten con los volcanes las señales de un origen violento, como muestra la gran fragmentación, e incluso fusión, de las rocas. Las estructuras e impacto se distinguen de las volcánicas por la presencia de fragmentos de meteoritos o de trazas detectables químicamente de materiales extraterrestres y por las pruebas de grandes fuerzas actuando desde arriba, y no desde el interior.

Otras posibles explicaciones para estos cráteres no volcánicos incluyen la intrusión subsuperficial de domos salinos (y la subsiguiente disolución y colapso producido por la disolución de caliza subyacente o retirada del agua subterránea); y el colapso relacionado con la fusión de hielo glaciar. Un impresionante ejemplo de estructura de impacto es el cráter Meteor, Arizona, visitado por miles de turistas cada año. Este cráter de impacto, de 1,300 metros de diámetro y 200 metros de profundidad, fue producido en tiempos geológicos pasados (probablemente hace 30,000 – 50,000 años) por un meteorito que impactó en la Tierra a una velocidad de cientos de kilómetros por hora.

 Photograph of Meteor Crater, Arizona

 Cráter Meteor, Arizona.

Además del crater Meteor, muy reciente, y visible morfológicamente, se pueden encontrar cráteres de impacto en  tres puntos cerca de Odessa, Texas, y también en otras 10 o 12 localizaciones en el mundo. De las estructuras de impacto  más erosionadas, más difíciles de ver, existen unos diez lugares bien establecidos, y quizás 80 o 90 por todo el mundo.

 

 

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La página original es <http://pubs.usgs.gov/gip/volc/structures.html>

Mantenida por  Kathie Watson

Última modificación 2/4/97